viernes, 9 de noviembre de 2012

Los principios nunca fueron fáciles, ¿o sí? (Javier Caballero)


Las cosas cambian mucho en apenas un momento. Quizás un año atrás, por estas fechas me dispondría a llegar a casa un viernes, comer, echarme la siesta y ver la tele plácidamente hasta las tantas. Por mi cabeza ya rondaba un cambio, una idea muy ligera de lo que quería que fuera mi vida. Sin embargo, a ratos me parecía una locura y ni siquiera encontraba la forma de llevarla a cabo. Tras un mes acudiendo regularmente al Helmántico para entrenar en la escuela, me había picado el gusanillo del atletismo. Siempre había estado presente en mí desde pequeño como algo entretenido, fascinante y, sin embargo, inalcanzable. De pequeño solía jugar con mi primo a saltar, a lanzar, a correr...Pero las cosas cambiaron, porque siempre cambian, y de mayor, me volví uno más, una especie de oveja que seguía al resto, mientras pasaban días y días sin darme cuenta de que por dentro algo estaba diciendo basta. Tal vez, otras situaciones personales me empujaron a aventurarme aquel sábado a dar el primer paso (o salto, nunca se sabe). Contacté con el que hoy es mi compañero de entrenos y de blog, una auténtica locura, que hoy al pensarla saca en mí una sonrisa. Un acercamiento sin conocernos y una llamada de auxilio para que me enseñara como hacía él esos saltos tan grandes...Supongo que su cara fue un poema, y la de muchos otros por allí. Desde el primer día sentí que me ayudaba en lo que podía y yo me animé a dar más pasos hacia delante. Su tiempo era limitado, y enseñar de cero a alguien es algo bastante complicado. Traté de buscar ayuda en otros medios, pero mi intento fue en vano, sólo encontré reproches, risas y sobre todo desgana. Algo que chocaba totalmente con la actitud de Jose, que siempre estuvo dispuesto a echarme una mano, sin olvidarme de Moreno, otra persona que al principio estuvo muy interesado en ver cómo iban las cosas.

Y allí estaba yo, un lunes en el helmántico para comenzar mi aventura. No negaré que los primeros días fueron difíciles, todo era nuevo para mí, (pájaras y sustos incluidos), mucha vergüenza al hacer ejercicios que no me salían, ver que la gente mira, pregunta..Sin embargo, las ganas superaban todo eso, y, quizás fue eso lo que hizo que Jose siguiera conmigo. Condiciones no había, no soy un superdotado de la naturaleza, pero supongo que esos meses iba a entrenar con más ilusión que todos los que estaban allí juntos. Fueron pasando días, iban saliendo cosas, otras se atragantaban..Al pòco tiempo conocí al que hoy es mi entrenador, Santiago Moreno, recordman nacional de triple salto (16,93m). Recuerdo ese puente de diciembre y la primera vez que me puse unos clavos. Ese día me dí cuenta (aún más) de lo lejos que estaba del nivel que tenían otras personas. En ese aspecto, siempre lo he tenido complicado, puesto que siempre me he fijado en la persona con la que entrenaba y, lógicamente, no me puedo comparar.

Y a todo esto, siguieron pasando los días y yo ya tenía club, hice ficha con el Atlético Salamanca (aunque hubo "problemas" y tardó bastante tiempo en hacerse). Acudí al provincial de espectador y no negaré que me asusté un poco. Me imaginé en el pasillo y volvieron esos pensamientos de locura, algún que otro pensamiento de no puedes hacerlo. Tengo que reconocer que en ese aspecto, además de las personas que ya he destacado, hubo otras dos personas que fueron y son muy importantes para mí, y que fueron un motor importante para que yo me animara a empezar. Son dos hermanas y creo que no hace falta que las nombre, puesto que saben de sobra quienes son y los motivos.

La verdad es que la idea del debut era un poco contradictoria. Por un lado, tenía ganas de probarme, puesto que para eso entrenaba, pero por otra parte, mi idea de hacer el "ridículo" también estaba ahí, los nervios...
Y entre tanto, siguieron pasando los meses, y seguí creciendo, especialmente en marzo, esas tres semanas duras, con la ayuda de Santi y de Jose, alcancé un cierto nivel que al menos, me permitía entrenar sólo y ver que las mejoras iban saliendo. Controles que se suspendieron en Salamanca y la noticia de que mi debut sería en Burgos, con el club, en la liga regional...admitiré que se me puso una sonrisa en ese entrenamiento que no me la hubiera quitado nada ni nadie, pero una vez más tengo que reconocer que esa idea también me asustaba. Salieron buenos entrenos esas semanas antes, recuerdo bastantes mejoras, pero aún no sabía que podía dar de sí en competición. En mi mente estaban los 5,70m que habíamos acordado meses atrás Jose y yo como objetivo de la temporada.

Llegó el día, me levanté y mientras desayunaba, ví un video motivacional que me había hecho mi hermano, algunos momentos de Mike Powell, Jordan...una buena mezcla que reflejaba el apoyo que me ha dado mi familia durante todo el tiempo, viendo que es lo que me hacía feliz y que me había asentado (mi madre aún da gracias a dios por haberme metido en esto jeje).
Un viaje en autobús hasta Burgos, el apoyo de varias personas y contar las horas que faltaban...Los nervios estaban ya por las nubes cuando estaba en cámara de llamadas. Al borde del infarto en el momento que me puse sobre el pasillo y comencé a correr...Y de repente ví la tabla muy cerca y mis piernas se bloquearon, pasitos...y un buen nulo...un mal comienzo...y más nervios por la idea de tener que hacer algo decente para el club. Sinceramente entre el primer y el segundo salto lo pasé mal, los nervios me poseían y tenía la necesidad de al menos encadenar un salto. Intenté controlarme y recordar las palabras de Jose el día antes en los entrenos. Corrí, salté y caí. Creo que adelgacé 10 kilos, al menos tenía marca, aunque muy pobre (5,43), pero no estaba contento del todo. Creía que tenía más y así lo demostré en el tercero. Un salto algo mejor (5,87) que al menos me tranquilizó bastante. El último ya sin tanta presión, corrí, y lógicamente fue nulo. Llegó el triple y tampoco fue mi mejor prueba. Carreras con pasitos, indecisiones...y una marca (11,62m) que no me dejaba ni satisfecho ni decepcionado. Había acabado el día...me encontraba bien, llamé a la gente y en general quedé bastante contento, aunque sabía de sobra que mis piernas tenían más.

Hecho el debut fuera, quedaba otro paso difícil, el debut en casa, y no tardó en llegar. La semana siguiente era la primera jornada de la liga de clubes de 1ª división. Recuerdo especialmente el momento de entrar en la pista y sentir la nuez en el cerebro...El nivel era bastante distinto (superior) al de Burgos y yo estaba nervioso, pero esta vez contaba con la ayuda de Jose, que a la postre resultó fundamental por varias decisiones. Llegó mi primer salto, un salto asegurando que me diera la tranquilidad para poder jugarmela en los otros 3. Fuimos ajustando el talonamiento y sobre todo aumentando mi moral. Jose me pedía que pidiera palmas, porque sabía que así me animaría, pero en mi cabeza pasaba la idea de que mis patatas de saltos, cuanto menos gente hubiera fijandose mejor...Tal fue su insistencia que acabó pidiendolas prácticamente él, y me encontraba en el pasillo, a la espera del tercer salto. Otro momentazo que no se me olvidará en la vida, sentir nervios pero a la vez me animó muchísimo el sonido de las palmas y me crecí. Recuerdo la carrera y los dos pasos previos a la tabla como si hubieran sido ayer. Sentir que me comía la tabla y recortar ese último paso. Y de pronto levantarme y ver que mi huella estaba lejos. Primera sonrisa tímida. Esperar la medición y escuchar ese 6,30 que se convertía en la primera vez que cambiaba el prefijo, y a lo grande. En una nube, y a ver quién me bajaba de ahí. Me atreví a pedir palmas de aquí al final del día. Mi confianza estaba por las nubes y llegaba la hora del triple. Una técnica de manos del maestro que me llevó a volar (aunque sólo fuera un poco) a los 12,50. Otra sonrisa de oreja a oreja y desaparecí de la competición. Sentí que ya lo había hecho bien, y los tres próximos saltos ya tenía la cabeza en otra parte. Muchas felicitaciones y un gran día, gracias a esas técnicas que hicimos, a esas palmas y a esa confianza que siempre tuvo Jose en mí. Quizás esos fueron los mejores momentos de esa temporada, los primeros, luego llegaron más ligas, alguna que otra decepción en Valladolid, el Caja Duero compitiendo con Eusebio y Méliz...más entrenos...y por último el provincial al aire libre, dónde volvía realizar mi marca personal en longitud con 6,42m.

Podría seguir describiendo mil momentos más, la mayoría buenos de esa primera aventura en este mundo, pero creo que haría falta un día entero para leerlos. Por eso quiero despedirme agradeciendo a todas esas personas que hicieron que un sueño cambiara mi vida. Gracias en especial a mi compañero Jose al que le debo todo en este mundillo, pues como ya he dicho es quien más confió en mí, a Santi, mi entrenador que no puso pegas, me confeccionó entrenamientos y me ayudó siempre que pudo, sin tener en cuenta mi nivel inicial, sólo mis ganas. A mi familia que siempre me apoyó y fueron parte de mis alas, a mis amigos y personas especiales, que se interesaron por mí, vinieron a verme, me animaron...a la gente del Helmántico (velocistas, lanzadores, Maroto, Alvarito (el del club), resto de monitores, fonderos...)que día a día me animaron y nunca me criticaron...y un largo etc...

Los seres humanos no tenemos alas como los pájaros, pero nos valemos del apoyo de los demás, de las emociones, del querer, del reír..para poder despegarnos del suelo.
Y es que como todo en esta vida, sin la gente seríamos incapaces de volar, de soñar...

Muchas gracias a todos y que siga la fiesta.

3 comentarios:

  1. Muy bien expresado, Javi. He tenido la suerte de vivir todos esos momentos contigo (los buenos), y han sido muy grandes. ¡Joder que si debutaste a full, en una liga, con toda la presión que eso conlleva! Creo que todos lo flipamos en Burgos viéndote saltar, parecía imposible que un "benjamín" pudiera estar ahí, intentando templar los nervios y mejorar la técnica, en la competición (para mí) más mágica.

    Era la parte difícil, romper ese hielo, luego yo ya sabía que lo harías muy bien en Primera, fuiste muy importante para el equipo, eso lo notas, ¿no? ¿Y por qué lo sabía? Por esas ganas de ser y sentirte atleta que demuestras en cada entrenamiento. No importa el nivel que tengamos o podamos alcanzar, lo que cuenta es la pasión (por volar en tu caso) con la que afrontamos ese reto, y tú la tienes.

    Eso sí, llevas poco y vendrán momentos malos de vez en cuando, te lo aseguro, pero aprender de ellos es lo que nos hace crecer en ese proceso de ser y sentirse atleta, ya lo irás descubriendo.

    Bueno, que me estoy poniendo muy filosófico, jeje, solo decirte que (a pesar de que llevo toda la vida en esto) cuando por fin consiga debutar en Primera División pensaré en esa nuez en el cerebro mientras mi pulso se acelera justo antes de escuchar el disparo del juez.

    ¡Mucha suerte a los dos blogueros y ánimos para esta temporada!

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    1. Muy grande Alvarito, siempre fuiste uno de los que mas me enseñaste y animaste. Espero que a ti tb te vaya bien la temporada y puedas debutar por fin en primera. Ha sido y es un lujo compartir equipo contigo. Un abrazo.

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  2. Pd: soy Javi aunque ponga eso arriba jeje

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